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IP Consultores es una Consultoría de Propiedad Intelectual que busca garantizar que ningún inventor, emprendedor o creador deje de disfrutar los beneficios de sus activos intangibles. Desde el comienzo de la Consultoría, nos hemos planteado el problema de la desigualdad en el ejercicio de los derechos de propiedad intelectual en México. Dicho problema puede encuadrarse en el contexto más amplio de las desigualdades sociales, por lo que para solucionarlo es crucial considerarlo desde esta perspectiva. Ahora bien, durante el mismo lapso de tiempo, hemos detectado que el ejercicio desigual de los derechos de propiedad intelectual no sólo afecta a México.

En IP Consultores hemos construido alianzas estratégicas con diferentes actores del sistema global de propiedad intelectual que han permitido ensanchar nuestros horizontes organizacionales. En este sentido, hemos constatado que las brechas entre los titulares de derechos de propiedad intelectual y las demás personas, es un problema a nivel mundial. Luego, cualquier solución que se pretenda proponer respecto del ejercicio desigual de los derechos de propiedad intelectual debe plantearse en la misma escala. Por este motivo, hemos organizado distintas actividades para discutir diversas cuestiones vinculadas con los derechos de propiedad intelectual entre colegas de diferentes partes del mundo

El fin superior que nos inspira es atestiguar sociedades, donde la prosperidad económica y social sea compartida, para que cada persona pueda imaginar y construir libremente su propia historia de vida.

En febrero pasado organizamos un taller sobre el Informe de los DPIs en los Países Menos Adelantados de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo de la ONU. Mientras que en marzo, realizamos el primer taller en línea (en materia de Patentes) de la serie titulada “Derecho Internacional de la Propiedad Intelectual.”1 Durante abril, hemos organizado el primer taller en línea de la serie titulada “Pequeñas y Medianas Empresas” en los Países Frágiles y Afectados por Conflictos. Finalmente, esta semana realizaremos el segundo taller en línea (en materia de Diseños Industriales) de la serie “Derecho Internacional de la Propiedad Intelectual.”

En IP Consultores impulsamos la Red Global de Propiedad Intelectual2 para que los profesionistas vinculados con el sistema global de propiedad intelectual puedan construir sinergias. Justo, desde la Red Global de Propiedad Intelectual, buscamos apuntalar un espacio donde converjan diferentes actores de los ecosistemas de innovación, emprendimiento y creatividad. A partir de este espacio se busca fomentar la cooperación entre los profesionales vinculados con la propiedad intelectual y los actores de los ecosistemas I+E+C. Luego, tomando en cuenta lo anterior, estamos trabajando en fomentar una Cultura Global de los Derechos de Propiedad Intelectual, tal y como lo explicamos a continuación.


¿Por qué la propiedad intelectual?

La propiedad ha sido la piedra angular sobre la que se han construido -desde la antigüedad romana hasta nuestros días- los diferentes sistemas legales. La propiedad ha ocupado un lugar preponderante en la organización social debido a que es la base económica del patrimonio de las familias. La diferencia entre la propiedad material y la intelectual radica, en que mientras la primera, implica bienes económicos finitos, la última trata de bienes ilimitados. El valor social de la propiedad intelectual significa que cualquiera que goce de ciertas condiciones materiales puede crear activos intangibles que le garanticen su subsistencia económica.



Ahora bien, la capacidad para poder generar bienes económicos intangibles (derivados de la propiedad intelectual) implica ciertas facultades que potencialmente cualquier ser humano puede adquirir. Sin embargo, también pueden existir determinadas condiciones que tornan imposible desarrollar dichas capacidades, por lo que para alcanzar ese resultado, deben generarse condiciones materiales específicas. En este sentido -y tomando en consideración este problema económico- las instituciones deben jugar un papel específico en pos del desarrollo de dichas capacidades intelectuales. Luego, en este caso, las instituciones sociales deben garantizar que cualquier persona tenga el derecho de crear sus propios medios económicos de subsistencia.


El problema político de la propiedad

A lo largo de la historia del pensamiento occidental, los autores más conspicuos se han ocupado del problema político de la propiedad, en los siguientes términos: ¿Quién puede resultar el legítimo poseedor de bienes escasos, que debido a su finitud, no todos los seres humanos pueden gozar en la misma medida? La legitimidad de la titularidad de la propiedad es el problema más relevante sobre el cual el pensamiento occidental se ha ocupado desde la antigüedad. A partir de los diferentes planteamientos sobre este problema, se han desarrollado distintas teorías para justificar la legitimidad de la titularidad de dicho bien económico.

Al respecto, es importante señalar que, si la propiedad puede considerarse como un bien desde el campo de la Economía; en el campo jurídico, se concibe como un derecho. El concepto de “derecho subjetivo” es clave en el Constitucionalismo moderno debido a que, desde su origen, se ha erigido para limitar el poder del Estado. Para lograr dicho objetivo se desarrolló el principio de legalidad que –grosso modo- significa que las autoridades deben sujetar sus actos a las leyes. Mientras que los ciudadanos deben gozar de un conjunto de derechos que les garanticen una existencia libre bajo ciertos principios políticos, económicos, sociales y morales.

El culmen de la filosofía de la Ilustración (respecto de la teoría política) fue la idea de la limitación del poder a fin de evitar gobiernos despóticos. En este sentido, el objetivo primordial de cualquier Constitución política moderna ha sido la limitación del poder ejercido por los órganos estatales. Cuando el poder del Estado no se ciñe a determinados mecanismos políticos, jurídicos y sociales, degenera en las peores prácticas despóticas, autoritarias o totalitarias. La historia política occidental (de los últimos tres siglos) demuestra cómo en las sociedades donde no se limitó el poder, hubo guerra, muerte y devastación. Asimismo, la crítica que se puede hacer a estos regímenes es la vulneración de la dignidad humana al afectar la libertad y la autonomía.


¿Por qué los derechos de propiedad intelectual?

Los derechos de propiedad intelectual son el bien económico por excelencia del que pueden disponer las personas para solventar, por sí mismas, sus necesidades económicas básicas. En IP Consultores creemos que si más personas, cada día, gozan de los beneficios económicos y simbólicos de los derechos de propiedad intelectual, contribuiremos a un gran logro social. En este sentido, la primera estrategia que hemos planteado es que más personas ostenten la titularidad de los derechos de propiedad intelectual. El potencial económico de estos derechos, contribuye al desarrollo de los mercados internos para que aporten más valor a las cadenas globales de producción.

En IP Consultores creemos que la comprensión de los derechos de propiedad intelectual sólo puede lograrse a partir de conocer los contextos que los configuran. En este sentido, primero debe entenderse que se trata de derechos fundamentales, toda vez que así se han reconocido en los tratados de derechos humanos.3 Ahora bien, aunque los derechos de propiedad intelectual son derechos fundamentales, tienen características específicas debido a la función que desempeñan en los sistemas legales. Luego, para determinar cabalmente la función de los derechos de propiedad intelectual, además del contexto jurídico, debe comprenderse los contextos económicos y sociales.



Básicamente los derechos de propiedad intelectual son derechos fundamentales que protegen bienes intangibles que se han producido en los ecosistemas de innovación, emprendimiento y creatividad. Luego, los derechos de propiedad intelectual deben concebirse en relación con dichos ecosistemas, ya que sólo así puede comprenderse su función en los sistemas legales. Asimismo, al considerar el contexto económico bajo el que los derechos de propiedad intelectual funcionan, también puede comprenderse la dimensión moral de estos derechos fundamentales. Lo anterior, toda vez que la propiedad -entendida como un bien económico- fundamenta otros valores como la justicia, la igualdad, la libertad y la autonomía.

Luego, a partir de esta consideración, el problema de la propiedad (en amplio sentido) -además de ser político y económico- se torna en uno moral. En la primera parte de este ensayo, sostuvimos que la legitimidad de la propiedad es el principal problema político en la historia del pensamiento occidental. Ello es así, toda vez que la desigualdad generada -a partir de la legitimación de la propiedad- es la causa de un perenne conflicto civilizatorio. En este sentido, la concepción de la propiedad intelectual -en su dimensión como derecho fundamental- permite vislumbrar dicho conflicto desde otra perspectiva: la dimensión moral.


El problema ético de la propiedad intelectual

Este problema implica determinar cómo ese conjunto de derechos -en su función de derechos fundamentales- pueden servir para garantizar la dignidad humana. La comprensión de la función de los derechos de propiedad intelectual (como fundamentales) debe hacerse en relación con la dignidad, la libertad y la autonomía humanas. Ello es así, toda vez que la libertad de pensamiento es el fundamento para que las personas ejerzan sus facultades de innovación, emprendimiento o creatividad. Luego, la libertad de pensamiento es la libertad fundamental (por antonomasia) que ejerce cualquier persona involucrada en los ecosistemas de innovación, emprendimiento o creatividad.

Según Ronald DWORKIN, el fundamento de la dignidad humana depende del “principio del buen vivir” que a su vez implica: 1) el autorrespeto y 2) la autenticidad. Mientras que el autorrespeto significa que cada persona debe “reconocer la importancia de que su [vida] se desempeñe de manera exitosa, más que como una oportunidad desperdiciada.”4 Por otra parte, el principio de autenticidad implica que “cada persona tiene la responsabilidad individual de identificar qué significa el éxito en su propia vida.”5 En este sentido, cada ser humano debe “crear esa propia vida a través de una narrativa coherente o un estilo que ella misma avale.”

Siguiendo a DWORKIN, puede argumentarse que el principio de autorrespeto se logra en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual por las siguientes razones. Cuando cada ser humano debe “reconocer que su vida se desempeñe de manera exitosa,” ello lo debe lograr en todos los ámbitos de su vida. Luego, como el ámbito laboral tiene gran repercusión en cualquier proyecto de vida, la elección de cuáles serán sus medios de subsistencia es crucial. En este sentido, la posibilidad de incursionar en los ecosistemas de innovación, emprendimiento o creatividad es una decisión medular en el ámbito laboral.



Por otra parte, puede señalarse que el principio de autenticidad se logra, en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual, por las siguientes razones. Primera, cuando cada persona tiene “la responsabilidad individual” de identificar lo que es el éxito en su vida, ello implica el valor de la libertad. En este sentido -tal y como lo sostuvimos anteriormente- las libertades fundamentales (como la de pensamiento o de asociación) configuran los derechos de propiedad intelectual. Segunda, cuando cada persona debe determinar libremente lo que es “el éxito en su propia vida,” lo puede hacer como inventor, emprendedor o creador.

La autonomía -entendida como la posibilidad de establecer (por si mismo) las normas de comportamiento- es el valor por excelencia que garantiza la libertad individual. Cabe recordar que algunas de las disputas filosóficas de la Ilustración, pretendieron resolver el problema de la autonomía humana en relación con la libertad individual. En este sentido, los ecosistemas de innovación, emprendimiento y creatividad son espacios donde la libertad individual y la autonomía humana fungen como sus fundamentos éticos. Luego, el inventor, el emprendedor o el creador son sujetos que en el ejercicio de sus facultades intelectuales crean (de manera autónoma) medios económicos de subsistencia.


¿Por qué cultura?

La cultura -entendida como el entramado de creencias, ideas, tradiciones e instituciones- es el principal continente donde se ven reflejadas las mentalidades de las sociedades. Actualmente, la cultura es quizá el campo civilizatorio más democrático que existe; lo que puede constatarse en el ámbito cultural por excelencia: la industria del entretenimiento. El desarrollo de la Internet -a partir de la última década del siglo XX- abrió nuevos espacios a distintos actores en la industria del entretenimiento. Hoy en día, los avances de los medios de comunicación han permitido que cada persona pueda alzar la voz -y ser escuchada- si así lo desea.

Aunque la cultura del siglo XXI no debería reducirse a la industria del entretenimiento, sí es un ámbito crucial debido a su talante democratizador. Por otra parte, los dispositivos culturales por antonomasia: museos, teatros, bibliotecas, instituciones culturales, son otro elemento clave de la infraestructura global de la cultura. La conjunción de los dispositivos de la industria del entretenimiento y de los dispositivos clásicos de la cultura, garantizan que cualquier mensaje tenga alcances globales. En IP Consultores creemos que una Cultura Global de los Derechos de Propiedad Intelectual debe significar primordialmente una cultura de creación de los propios medios de subsistencia.

Si bien, hasta ahora, nuestro trabajo ha comenzado a dar frutos, redoblaremos nuestros esfuerzos hasta ver materializada la Alianza Global por la Propiedad Intelectual.

La creación de los propios medios de subsistencia es un meta que puede redundar en niveles de desarrollo económico sustentables a nivel mundial. Existen tres razones principales para propugnar por este cambio cultural: la primera, la imposibilidad de garantizar la creación de empleos suficientes bajo las actuales dinámicas económicas. La segunda, porque en la actualidad, las políticas económicas nacionales se tornan más inviables para poder solucionar los altos niveles de desempleo. La tercera porque, al garantizar la subsistencia económica, no se deben olvidar los valores que fundamentan el sistema legal internacional: libertad, igualdad, justicia y dignidad.

Cualquier política económica debe considerar la dignidad, la libertad y la autonomía humanas como valores fundamentales bajo los cuales las instituciones sociales se deben erigir. Las políticas industriales, laborales o de desarrollo social no deben instrumentalizar las necesidades de las personas, ya que de ser así, vulneran la dignidad humana. Dicha vulneración, a causa de este tipo de políticas públicas, se traduce en la afectación de los principios de autorrespeto y de autenticidad. Luego, las políticas públicas entorno a la subsistencia económica no deben mermar la agencia individual; por el contrario, deben desarrollarla para cumplir con una expectativa de justicia.


¿Por qué global?

En la actualidad, el sistema económico bajo el que suceden las principales dinámicas comerciales y financieras es una institución de alcance global. El éxito -o fracaso- sobre los ajustes de este sistema se debe en buena parte a las decisiones que se toman en diferentes instancias. Asimismo, el actual sistema de propieda intelectual se inserta dentro del amplio sistema jurídico internacional, por lo que sus alcances también son globales. En este sentido, cualquier transformación en pos de garantizar una mayor extensión de los derechos de propiedad intelectual debe hacerse en la misma escala.

La garantía del reconocimiento de los derechos fundamentales (de cada ser humano) es el problema jurídico-económico más importante en el siglo XXI. Los regímenes constitucionales actuales deben garantizar la totalidad de los derechos humanos: las libertades políticas, los derechos civiles, los derechos económicos y los derechos culturales. Por otra parte, las estructuras políticas y económicas que perpetúan las desigualdades son globales, y por este motivo, las propuestas para revertirlas deben plantearse en la misma escala. Luego, la expansión de la titularidad de los derechos de propiedad intelectual es un objetivo que se debe materializar en el sistema global de propiedad intelectual.

Si bien la propagación de los derechos de propiedad intelectual debe lograrse a escala global, no debería perderse de vista lo que este propósito significa. Las unidades económicas en las que se debe incentivar, producir y lograr el aprovechamiento de los activos intangibles son las Pequeñas y Medianas Empresas. En este sentido -es importante señalar que- las Pequeñas y Medianas Empresas no tienen un alcance global, sino más bien, participan de los mercados internos. Luego, por esta razón, la siguiente meta económica sería articular los mercados internos (locales y nacionales) con el gran mercado global de bienes y servicios.


De la Economía de la Información a la de la Imaginación

Cuando la Imaginación fundamenta la cultura humana, los avances civilizatorios son excepcionales, baste mirar el siglo XVII europeo para constatar el desarrollo cultural que floreció en esa centuria. Si bien, durante el siglo XX, la Información fue el elemento clave de la Economía, en nuestro siglo, ese rol lo ocupará la mente humana. La Imaginación siempre ha sido la facultad subyacente a cualquier invento, negocio u obra artística; sin embargo, no siempre se ha reconocido como tal. Frente al avance de la inteligencia artificial, la imaginación humana será el reducto por antonomasia de la innovación, el emprendimiento, el desarrollo tecnológico y las artes.



Las personas que tengan la capacidad de imaginar las soluciones más oportunas a las problemáticas de la civilización, serán quienes mayores rendimientos económicos puedan generar. Los países que busquen obtener un lugar preeminente en la carrera tecnológica deberán implementar políticas públicas que aprovechen el potencial económico de la imaginación humana. Al respecto, deberán crear planes educativos que fomenten el desarrollo de la imaginación porque será el activo económico intangible más importante. Por este motivo, es crucial insistir que la imaginación humana se convertirá en el bien económico intangible más rentable durante el siglo XXI.


Hacia la construcción de mercados (realmente) globales

La demonización del mercado es uno de los mayores errores teóricos que se han cometido por parte de la crítica a la Teoría Económica Clásica. El comercio y el mercado tienen un valor per se, al tratarse de instituciones sociales surgidas a lo largo de la civilización humana. En todo caso, la crítica que se debe hacer, es sobre las prácticas sociales que generan la explotación humana en el campo económico. En las economías emergentes, en lugar de demonizar al mercado y al comercio, se debe alentar la inclusión de la mayor cantidad de actores sociales.

Ahora bien, la construcción de un mercado global debe priorizar las economías de los Países Menos Adelantados y de los Países Frágiles y Afectados por Conflictos. En la medida que los mercados de estos países puedan fortalecerse, se logrará un mayor desarrollo económico, y por lo tanto, menores niveles de pobreza. La reducción de la pobreza en los Países Menos Adelantados implicará mejores condiciones de vida, lo que a su vez, redundará en una mayor inclusión dentro del mercado. En este sentido, los Países Menos Adelantados deben enfocarse en la construcción de mercados sólidos que aporten bienes y servicios a las cadenas globales de valor. Por ejemplo, la inclusión en el mercado financiero es una de las prioridades que debe impulsarse dentro de las economías de los Países Menos Adelantados.

En cuanto a los Países Frágiles y Afectados por Conflictos, sus condiciones políticas y sociales generalmente están acompañadas de condiciones económicas adversas. La fragilidad institucional que enfrentan estos países, es un obstáculo para el desarrollo de las capacidades institucionales que garanticen estabilidad y eficiencia a sus mercados. Sin embargo, desde el sistema económico global, debe incentivarse la estabilización de dichos mercados para que garanticen mayores índices de valor en las cadenas de producción globales. El ciclo virtuoso de estabilidad política, gobernanza razonable y desarrollo económico garantiza capacidades institucionales que favorecen mejores condiciones sociales y económicas a sus habitantes.


Al celebrar el Día Mundial de la Propiedad Intelectual, creímos importante esbozar estas ideas acerca de los derechos de propiedad intelectual. En IP Consultores seguimos construyendo sinergias entre los profesionistas de la propiedad intelectual y demás actores de los ecosistemas de innovación, emprendimiento y creatividad. Si bien, hasta ahora, nuestro trabajo ha comenzado a dar frutos, redoblaremos nuestros esfuerzos hasta ver materializada la Alianza Global por la Propiedad Intelectual. El fin superior que nos inspira es atestiguar sociedades, donde la prosperidad económica y social sea compartida, para que cada persona pueda imaginar y construir libremente su propia historia de vida.


  1. El conjunto de talleres organizados dentro de la serie titulada “Derecho Internacional de la Propiedad Intelectual” es una colaboración conjunta con nuestro colega Sajjad ATAEI de la Universidad Shahid Beheshti. ↩︎
  2. Agradezco a todas y todos mis compañeros de WIPO Academy que se han sumado a esta iniciativa, asimismo a todas las personas, organizaciones e instituciones que respaldan incondicionalmente a IP Consultores. ↩︎
  3. Por ejemplo, el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ↩︎
  4. cfr., DWORKIN, Ronald, Justice for Hedgehogs, Cambridge Massachusetts, The Belknap Press-Harvard University Press, 2011, pp. 203. ↩︎
  5. ibídem, p. 204. ↩︎

Jorge Antonio Olvera Mateos

A lawyer with solid experience in Intellectual Property and a privileged insight into the challenges and opportunities entrepreneurs, creators, and inventors face. It has allowed him to develop a strategic and pragmatic approach to legal solutions for his clients. Furthermore, he has advised entrepreneurs to protect their intangible assets and manage Intellectual Property portfolios. This experience has given him a comprehensive and practical perspective to address the legal and business issues his clients may encounter.

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